La crisis actual: crisis de superproducción de capital

¿Hay actualmente una crisis en curso?

Por el debate sobre la causa y naturaleza de la crisis actual
mercoledì 19 luglio 2006.
 

Sumario

Introducción

  1. ¿Hay actualmente una crisis en curso?
  2. La fase imperialista
  3. Las crisis de la fase imperialista y las crisis del siglo XIX estudiadas por marx
  4. Crisis generales y crisis economicas
  5. La teoria de la crisis general de superproduccion absoluta de capital
  6. Crisis general de superproduccion absoluta de capital y tendencia decreciente de la cuota de ganancia
  7. Superproduccion de mercancias y superproduccion de capital
  8. Superpoblacion y crisis general de superproduccion absoluta de capital
  9. El capital financiero y la crisis de superproducción absoluta de capital
  10. El papel revolucionario de las contradicciones objetivas y el papel revolucionario de la iniciativa subjetiva
  11. Dominar la teoria de la crisis actual y transformarla en linea politica

¿Hay actualmente una crisis en curso?

(o a propósito de los camaradas que niegan la división de la fase imperialista en períodos)

Esta pregunta puede parecer provocadora, pero es necesario planteársela a algunos camaradas, a fin de exigirles una respuesta clara e inequívoca. Efectivamente, a la hora de referirse a la "crisis general" por la que atraviesa el modo de producción capitalista desde el comienzo de su fase imperialista, evitan entrar en el problema de la causa y de la naturaleza de la crisis actual.

1. Vivimos en la fase imperialista. Esta fase comenzó en líneas generales en el último cuarto del siglo XIX y dura todavía. Es la fase de decadencia y crisis general del capitalismo en la que éste va a desaparecer y en la que el socialismo va a imponerse en todo el mundo (4). Es la fase en la que, en el desarrollo de la humanidad, la contradicción entre el carácter colectivo de las fuerzas productivas y el carácter capitalista de las relaciones de producción se ha convertido en la contradicción principal. Esta contradicción caracteriza a la fase imperialista, desde el comienzo hasta el final. En consecuencia, la decadencia del capitalismo y la afirmación del socialismo es el rasgo característico del capitalismo en su fase imperialista.

¿Son acaso suficientes esa contradicción y esa característica a las que nos acabamos de referir para determinar la causa y la naturaleza de la crisis actual? Aducir como explicación de la crisis actual esa contradicción y esa característica, propias de la sociedad capitalista en su etapa imperialista, equivale a negar que en este momento está en curso una crisis.

Con el comienzo de la fase imperialista, el modo de producción capitalista ha pasado de una época de auge a otra de decadencia desde el momento en que el carácter colectivo o social de las fuerzas productivas y de la actividad económica ha prevalecido sobre su carácter individual, convirtiéndose en lo principal. Esto supuso un salto en la contradicción entre fuerzas productivas y relaciones de producción. Por consiguiente, el carácter colectivo de las fuerzas productivas ha pasado a ser el aspecto principal durante toda la fase imperialista.

Esto da lugar en la sociedad capitalista a la formación y destrucción continúa de las formas antitéticas de la unidad social (FAUS). La formación, actividad y eliminación de las FAUS es una característica específica del modo de producción capitalista durante la fase imperialista. Es imposible comprender el movimiento económico de las sociedades imperialistas sin utilizar el concepto de formas antitéticas de la unidad social. Quienes no comprenden ni adoptan esta categoría oscilan en sus análisis entre la negación de la diferencia cualitativa que supone en el terreno económico la época preimperialista y la época imperialista ("nada ha cambiado") y la concepción del imperialismo, desde el punto de vista económico, como algo completamente diferente del capitalismo ("todo ha cambiado", se ha formado un nuevo modo de producción, un modo de producción que, por consiguiente, ya no se desarrolla según las leyes descubiertas y demostradas por Marx en El Capital).

La contradicción entre fuerzas productivas y relaciones de producción está vigente como contradicción antagónica durante toda la fase imperialista, desde el principio hasta el final. Esto da lugar inevitablemente a movimientos y fuerzas revolucionarias que intentan adecuar las relaciones de producción al carácter colectivo de las fuerzas productivas, es decir, a movimientos y fuerzas revolucionarias que tienden al socialismo.

Estos rasgos propios del modo de producción capitalista durante toda la fase imperialista no pueden explicar el carácter específico de los períodos opuestos de crisis y expansión en los que se divide la fase imperialista ni el tránsito de un período de expansión a otro de crisis. El problema es el siguiente: teniendo en cuenta la contradicción antagónica entre fuerzas productivas y relaciones de producción que existe en su seno, ¿en qué momento el sistema imperialista mundial pasa de un período de expansión a otro de crisis? Algunos camaradas sostienen que la causa de esta crisis reside en la contradicción entre el carácter colectivo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción capitalistas. Pero esta contradicción es la causa del movimiento económico de la sociedad a lo largo de toda la fase imperialista y no solamente de sus períodos de crisis (por ej. : es también la causa de la formación o destrucción de las FAUS, de la revolución proletaria, etc.). Por tanto, dicha contradicción no es la causa específica de la crisis. Y es que no se puede explicar la sucesión de períodos de enfermedad y de buena salud en la vida de un hombre por el mero hecho de su propia existencia, aunque con toda seguridad no tendría ni enfermedad ni buena salud si ese hombre no existiese. De la misma manera, si no existiese esa contradicción entre fuerzas productivas y relaciones de producción no habría períodos de crisis ni períodos de expansión tal como se presentan en la fase imperialista. Tanto los períodos de crisis como los períodos de expansión tienen lugar en el contexto de la contradicción antagónica entre fuerzas productivas que tienen ya un carácter colectivo y relaciones de producción que todavía son capitalistas. Esa es su base común.

La decadencia y descomposición del capitalismo, su inevitable sustitución por el socialismo, es decir, la superación definitiva del mismo, no se realizan (se ha visto bien en durante el siglo XX) mediante un solo acto, por muy traumático que sea, sino a través de períodos agudos de la "enfermedad" que alternan con períodos de bienestar aparente, como sucede durante muchas enfermedades. ¿Cuándo el período agudo de la enfermedad reemplaza al de bienestar o de curación aparente?¿Cuál es la naturaleza de los períodos de crisis aguda? He aquí el problema del que discutimos, una vez admitida la conexión entre ambos períodos, como estadios de una misma y única enfermedad del organismo que se encuentra ya minado (es decir, del modo de producción capitalista y de la sociedad burguesa de la que es el modo de producción principal y dirigente).

Lenin ha remarcado y puesto de manifiesto la crisis general en la que entró la sociedad burguesa de su tiempo, crisis que podría haber sido la crisis final del capitalismo si la clase obrera de los países imperialistas hubiera conseguido tomar el poder al menos en algunos de ellos. Pero esto no sucedió, pues la clase obrera no logró tomar el poder ni en los países de Europa occidental ni en los de América del Norte. Esta crisis general finalizó aproximadamente hacia 1945 sin que la clase obrera eliminase el poder de la burguesía en todo el mundo. La clase obrera tomó el poder en algunos grandes países, pero en todos los grandes países imperialistas se instalaron nuevos regímenes burgueses. Tanto en los primeros como en los segundos, así como en los países colonizados (que se estaban convirtiendo en semi-colonizados), "todo" había cambiado. Pero no todo había cambiado. Los comunistas de la época debían hacer frente a una nueva situación (a un nuevo período de reactivación y desarrollo del capitalismo, a la existencia de un campo socialista, a los países semi-colonizados). Y la han afrontado como han podido. El resultado ha sido la construcción del socialismo, el revisionismo moderno y la revolución cultural proletaria. A continuación, aproximadamente hacia mediados de los años 70, llegó la nueva crisis general del capitalismo. Los camaradas que detienen la historia en la época de Lenin se equivocan y deforman sus propias enseñanzas. Lenin no podía mostrar lo que todavía no existía ni comprender una experiencia que todavía no se había realizado (5). En Lenin encontramos la comprensión de la crisis general del capitalismo, pero es imposible encontrar en su obra la comprensión de lo que ha sucedido después. En Lenin encontramos la "clave" para leer y comprender lo que ha sucedido después. Esta clave es preciso utilizarla. Es preciso constatar que la primera crisis general del capitalismo (iniciada en torno a 1910) acabó en 1945 sin la eliminación definitiva del capitalismo en todo el mundo y por consiguiente sin la eliminación definitiva del capitalismo. ¿Estudió Lenin este hecho? Evidentemente no lo estudió. ¿Era inevitable que eso sucediese? ¿Era ése acaso el único desenlace posible de la crisis general iniciada en 1910? No, pues en todo caso ese desenlace fue resultado de la lucha política entre la clase obrera y la burguesía imperialista durante los años 20 y 30. Era solamente una de las dos salidas posibles de la crisis general. ¿ Excluía Lenin ese desenlace? No lo excluyó en absoluto, de la misma manera que no excluyó la victoria general del socialismo.

Quien se obstina en repetir como una fórmula la tesis de la crisis general única (o sea, que abarca toda la fase imperialista) y final ( es decir, que finalizará solamente con el fin del capitalismo), etc., no hace ningún servicio ni a Lenin, ni a su causa, ni a la causa de la clase obrera y de las masas populares.

2. Por otra parte hay un amplio sector de la cultura burguesa que se limita a medir, a sublimar o a lamentar alternativamente las reactivaciones y recesiones económicas, en suma esas pequeñas oscilaciones de corto plazo (de aproximadamente uno a dos años) a través de las cuales tiene lugar el movimiento económico de las sociedades imperialistas. Esta es también una forma de negar que el capitalismo atraviesa ya hoy por una crisis general.

Esos camaradas a los que antes nos hemos referido, al igual que los exponentes de la cultura burguesa a los que acabamos de aludir, eluden el hecho, cada uno a su manera, de que a partir de mediados de los años 70, aproximadamente, hacia 1975, comenzó una nueva crisis general (económica, política y cultural, una crisis mundial de largo alcance) similar en algunos aspectos a la que tuvo lugar entre 1910 y 1945 (6).

En general, unos y otros eluden el hecho de que:

- la fase imperialista, caracterizada durante toda su duración por la contradicción principal ya citada que constituye su naturaleza, se divide en períodos opuestos (7): períodos de crisis (1873-1895, 1910-1945, 1975-?) y períodos de desarrollo (1895-1910, 1945-1975),

- el socialismo se encamina hacia la victoria en todo el mundo a través de períodos opuestos de expansión y repliegue.

En realidad, algunos camaradas niegan en sus análisis que la fase imperialista se divide en períodos; otros, si bien también admiten esta división, hablan de ella en abstracto o la sitúan en otros contextos, pero, a la hora de analizar la crisis actual, no toman en consideración dicha división, o en todo caso evitan definir el carácter de cada período (8).

El objeto de nuestro debate, es la definición del período actual, es decir, la definición de la causa y de la naturaleza de la crisis actual. O sea, que no se trata de la naturaleza general de la fase imperialista (para esto ver Lenin y Stalin), ni de la naturaleza de las reactivaciones y recesiones a corto plazo a través de las cuales tiene lugar el movimiento económico de las sociedades imperialistas (tanto en los períodos de crisis como en los períodos de desarrollo).


Notas:

4. A algunos de nuestros lectores puede parecerles paradójico que afirmemos en 1994 (¡tras el "glorioso" 1989!) que es la época en la que el capitalismo se encamina hacia su desaparición y en la que el socialismo avanza hacia la victoria en todo el mundo. En realidad, es una tesis basada en la observación, en el análisis y correlación del conjunto de los acontecimientos y tendencias de nuestra época, incluidas las derrotas sufridas por el movimiento comunista durante el período 1945-1975 y la aparición del revisionismo moderno, las transformaciones estructurales que se han producido en las sociedades imperialistas como consecuencia de la primera crisis general y de la expansión de las formas antitéticas de la unidad social, la experiencia del "capitalismo de rostro humano" del mismo período, la nueva crisis general del sistema imperialista mundial iniciada en 1975, el hundimiento de los regímenes y partidos revisionistas modernos al final de los años 80, las transformaciones en curso de nuestros días y las medidas económicas y políticas adoptadas por la clase dominante.
Para confirmar nuestra tesis (aparentemente paradójica), citamos asimismo todos los discursos de los políticos, sociólogos y politólogos burgueses actuales aunque aporten muy poco al esclarecimiento de la realidad. De hecho, todos ellos repiten a diestro y siniestro que, para "salir de la crisis actual", es preciso agravar las condiciones de vida y trabajo de las masas, "recortar los ingresos" a los trabajadores que no estén en condiciones de realizar una actividad laboral, hacer trabajar más intensamente y más tiempo a los trabajadores que realicen una actividad productiva, reducir el número de trabajadores directamente dependientes de los capitalistas, marginar de la actividad laboral a grandes masas de trabajadores, encarcelar o eliminar físicamente a todos los que no acepten resignadamente su destino, reducir la población de los "países subdesarrollados" (como califican eufemísticamente a los países semi-coloniales), por medio del control de la natalidad, la esterilización obligatoria, etc. En resumen, también ellos, quizás sin darse cuenta, afirman que, para los hombres de nuestra época, es imposible continuar viviendo bajo las relaciones capitalistas de producción. Esta es también nuestra tesis.

5. La teoría materialista dialéctica del conocimiento muestra que las ideas vienen de la práctica (ver Sobre la práctica de Mao Tse-tung). ¿Cómo habría podido comprender Lenin una experiencia que todavía no se había producido? Otra cosa es comprender las leyes generales de un proceso en curso y, en base a ello, avanzar las líneas de desarrollo futuras del mismo.

6. Un aspecto importante de la comprensión del movimiento económico de la sociedad a partir del período que comienza en 1975 es la comprensión de las condiciones diferentes en las que se desarrolla la actual segunda crisis general con relación a la primera: las nuevas características de la estructura económica de la sociedad burguesa (ver Rapporti Sociali n.4, pág.15 y siguientes - Rapports Sociaux n.5/6, pág.20 y siguientes), las nuevas características del régimen político de la sociedad burguesa (ver Democracia y socialismo en Rapporti Sociali n.7 - Rapports Sociaux n.3/4), la experiencia acumulada por el movimiento comunista en la revolución socialista de la sociedad y en su consiguiente transformación.
La segunda crisis general debe abrirse y se está abriendo paso a través de estas nuevas características de la sociedad; es lo que la diferencia, en ciertos aspectos, de la primera.

7. Para más detalles, ver el artículo Los diferentes períodos en los que se divide la fase imperialista, Rapporti Sociali n.12/13 - Rapports Sociaux n.10.

8. Remitimos a nuestros lectores al artículo de Arenas, Crisis de desarrollo o desarrollo de la crisis (Resistencia n.16, octubre de 1991). Este contiene la exposición teórica de la división de la fase imperialista en períodos.