La crisis actual: crisis de superproducción de capital

Dominar la teoria de la crisis actual y transformarla en linea politica

Por el debate sobre la causa y naturaleza de la crisis actual
giovedì 20 luglio 2006.
 

Sumario

Introducción

  1. ¿Hay actualmente una crisis en curso?
  2. La fase imperialista
  3. Las crisis de la fase imperialista y las crisis del siglo XIX estudiadas por marx
  4. Crisis generales y crisis economicas
  5. La teoria de la crisis general de superproduccion absoluta de capital
  6. Crisis general de superproduccion absoluta de capital y tendencia decreciente de la cuota de ganancia
  7. Superproduccion de mercancias y superproduccion de capital
  8. Superpoblacion y crisis general de superproduccion absoluta de capital
  9. El capital financiero y la crisis de superproducción absoluta de capital
  10. El papel revolucionario de las contradicciones objetivas y el papel revolucionario de la iniciativa subjetiva
  11. Dominar la teoria de la crisis actual y transformarla en linea politica

Dominar la teoria de la crisis actual y transformarla en linea politica

La causa y naturaleza de la crisis actual es una cuestión de una gran importancia política. En ella se basa la tesis de la situación revolucionaria en desarrollo (43), pues es la clave para comprender el movimiento político y cultural de la sociedad, para comprender el papel de las diversas formas de organización y lucha del proletariado y de las masas populares, para comprender las leyes a las que debe ajustarse su lucha, para comprender la razón por la que los partidos comunistas de la III Internacional de Europa occidental no llegaron a conducir a las masas populares hacia la toma del poder durante el período 1910-1945, para comprender el papel del leninismo y del maoísmo como segunda y tercera etapa, respectivamente, del pensamiento comunista. Pensamos que todos los comunistas deben abordar el tema con decisión, tenacidad, honestidad y modestia; discutir entre ellos (hasta ahora no se ha desarrollado todavía un debate acorde con la importancia que esta cuestión tiene para nuestra lucha), confrontar las opiniones y experiencias, tratar de comprender a fondo los planteamientos de los demás y abstenerse de tergiversarlos para no tener que hacer el esfuerzo de criticarlos. Cada crítica que saca a la luz errores y lagunas nos hace avanzar en la comprensión y en la unidad. Por el contrario, cada crítica basada en la tergiversación crea y fomenta la confusión (aunque ella misma pueda ser convertida en un factor de desarrollo).

Es en base a la tesis de que "la crisis actual es la segunda crisis general de superproducción absoluta de capital", por lo que afirmamos que todos los programas generales que no prevean la conquista del poder por la clase obrera y la instauración del socialismo -programas que hoy todos los grupos "economistas" no se cansan de elaborar y de proponer a los trabajadores- son ilusorios como solución a la crisis actual. Es más, estos programas, por cuanto provocan inevitablemente el enfrentamiento entre una y otra parte de los trabajadores, preparan el terreno a la movilización reaccionaria de las masas. Si los comunistas saben trabajar bien, es decir, combinar la defensa de cada conquista arrancada por una parte de las masas con el ataque contra el poder de la burguesía imperialista para imponer el poder de la clase obrera e instaurar así la sociedad socialista en la que todas las masas populares encontrarán la posibilidad de trabajar y vivir, el movimiento práctico de las masas barrerá tales programas.

La tesis de la crisis general de superproducción absoluta de capital y la tesis de la crisis de superproducción de mercancías (o de superpoblación) son, en la situación actual, puntos de partida de líneas políticas diametralmente opuestas.

La primera implica como única salida posible la revolución socialista o la guerra mundial o bien una combinación de ambas (o en todo caso una crisis revolucionaria, un período revolucionario, un cambio general de la sociedad mundial, hasta dar a ésta una forma diferente, hasta alcanzar una transformación cualitativa de la sociedad).

La segunda implica una política de apoyo a la demanda de mercancías (trabajos públicos, subvenciones, transferencias de ingresos a las familias, creación de dinero, etc.), en suma una política keynesiana.

Si esta última tesis correspondiese a la realidad, sería únicamente por incomprensión de la situación o por desprecio de las clases populares por lo que los gobernantes actuales no la adoptan. Por el contrario, la historia demuestra que todos los gobiernos burgueses que han elegido esa vía (por ejemplo, Miterrand en 1981-1982) han tenido que abandonarla rápidamente. La experiencia de los años 30 y 40 también lo confirma: en ninguno de los grandes países imperialistas las políticas económicas keynesianas de los gobiernos pusieron fin realmente a la crisis económica, sino que ésta finalizó solamente con la Segunda Guerra Mundial (44).

Cada sector de las masas populares debe defender (y defenderá) a cualquier precio sus propias conquistas, los puestos de trabajo, los derechos conquistados, los ingresos, etc., debe reivindicar y reivindicará los salarios, las subvenciones, los trabajos públicos, etc. Todo ello atenuará los padecimientos de las masas y puede contribuir, si la clase obrera y su partido desempeñan en ello un papel dirigente, a movilizar, reunir y desarrollar las fuerzas revolucionarias para hacerlas capaces de desencadenar exitosamente el ataque contra la actual clase dirigente para tomar el poder y comenzar la transformación socialista de la sociedad. La clase obrera debe encabezar cada lucha defensiva aunque sea llevada a cabo solamente por un sector de las masas populares; el Partido comunista debe sostenerla, impulsarla, dirigirla y hacerla converger en la lucha contra la burguesía imperialista. Pero, en nuestra opinión, de acuerdo con la teoría que identifica la crisis actual como la segunda crisis general de superproducción absoluta de capital, la crisis actual puede acabar solamente por medio de una revolución socialista o por medio de una guerra mundial o bien por una combinación de ambas.

Naturalmente, no nos adherimos a la primera tesis porque "seamos revolucionarios" y nos sintamos obligados a justificar nuestra línea política inventando teorías económicas. Por el contrario, tratamos de comprender, mediante el análisis materialista dialéctico de los acontecimientos, la causa y naturaleza de la crisis actual

- a fin de determinar cuál es la línea política que la clase obrera debe adoptar hoy para avanzar hacia la conquista del poder y el socialismo,

- a fin de verificar la justeza de la línea política trazada por nosotros mismos de cara a los próximos años: unirse a la resistencia de las masas populares ante el avance de la crisis actual, apoyarla, impulsarla y hacer prevalecer en ella la dirección de la clase obrera a fin de transformarla así en lucha por el socialismo.

Consideramos que es indispensable que los comunistas hagan una investigación honesta y concluyente sobre la causa y la naturaleza de la crisis, a fin de comprender las leyes objetivas del movimiento económico de la sociedad en cuyo contexto dirigen la lucha política de la clase obrera a fin de poderla llevar a la victoria.

Lo que hemos dicho de las diferentes consecuencias políticas de ambas tesis sobre la crisis actual no pretende acusar de reformismo a los adversarios de la tesis de la crisis general de superproducción absoluta de capital, sino solamente clarificar la importancia que tiene para los comunistas realizar un análisis científico de la realidad, la importancia que tiene, pues, realizar una investigación honesta y exhaustiva sobre la causa y la naturaleza de la crisis actual. No tenemos miedo del reformismo en una época en que las reformas son posibles, como lo eran en el período 1945-1975, sino que, por el contrario, mantenemos que en esa época, la lucha por las reformas era la línea política principal. Si los comunistas hubiesen seguido esa línea, hubieran podido acumular fuerzas que nos pondrían hoy en una situación mucho mejor de la que estamos (45). Tampoco hoy tenemos miedo a la revolución socialista. Algunos objetan que no podemos "hacer solamente la revolución en Italia". La realidad histórica y la realidad en la que vivimos les proporciona la respuesta. En la fase imperialista (cuando existe ya un sistema capitalista mundial, un mercado mundial, etc.) no se crea una situación revolucionaria en un solo país. De ahí que sea posible que la revolución se desarrolle y triunfe en un solo país. El mundo entero está siendo sacudido por la crisis general, todos los países son presa de la crisis económica, política y cultural. Sus manifestaciones son múltiples y contradictorias: todo es posible, salvo un desarrollo regular (incluso con altibajos, con fluctuaciones de signo contrario), universal y global de la producción y del sistema productivo. En cada país, la movilización revolucionaria y la movilización reaccionaria se enfrentarán a muerte. En algunos, como resultado de la lucha política de las fuerzas subjetivas de uno y otro campo, prevalecerá la primera, en otros puede ser que prevalezca la segunda.

Si la cultura burguesa no se ocupa de la causa y naturaleza de la crisis actual no es por casualidad: la burguesía está ocupada en encontrar remiendos y remedios a la situación, a fin de conservar el poder e impedir el desarrollo del movimiento revolucionario. La teoría de la crisis es el núcleo de la teoría revolucionaria durante esta fase. Cada comunista debe abordarla con energía, tenacidad, honestidad y modestia. Esta es el trabajo al que invitamos a todos los comunistas. Es una cuestión decisiva a fin de estar a la altura de las tareas que, en este período, se nos imponen.


Notas:

43. Ver A propósito de la situación revolucionaria en desarrollo, en Rapporti Sociali n.9/10 y Textos para el debate en el movimiento reolucionario europeo (II).

44. Ver Tres cuestiones importantes e ineludibles, en Rapporti Sociali n.5/6 - Rapports Sociaux n.10.

45. El hecho de que en ese período los comunistas no comprendiesen que la lucha por las reformas era la línea política principal a seguir en ese período dejó el campo libre entre las masas al revisionismo moderno y redujo a los comunistas a grupos sectarios, desligados de las masas e impregnados de concepciones idealistas (la traición de los jefes como causa principal del éxito temporal del revisionismo, el atraso de las masas y la conciencia "demasiado" avanzada de los comunistas, el vanguardismo y la pasividad, etc.).


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