La crisis actual: crisis de superproducción de capital

Introducción

Por el debate sobre la causa y naturaleza de la crisis actual
mercoledì 19 luglio 2006.
 

2. Por el debate sobre la causa y naturaleza de la crisis actual

(Artículo elaborado en 1994 y publicado en Rapporti Sociali n.17-18, otoño de 1996. La traducción ha sido revisada por su autor y el texto ha sido puesto al día)

Sumario

Introducción

  1. ¿Hay actualmente una crisis en curso?
  2. La fase imperialista
  3. Las crisis de la fase imperialista y las crisis del siglo XIX estudiadas por marx
  4. Crisis generales y crisis economicas
  5. La teoria de la crisis general de superproduccion absoluta de capital
  6. Crisis general de superproduccion absoluta de capital y tendencia decreciente de la cuota de ganancia
  7. Superproduccion de mercancias y superproduccion de capital
  8. Superpoblacion y crisis general de superproduccion absoluta de capital
  9. El capital financiero y la crisis de superproducción absoluta de capital
  10. El papel revolucionario de las contradicciones objetivas y el papel revolucionario de la iniciativa subjetiva
  11. Dominar la teoria de la crisis actual y transformarla en linea politica

Introducción

Los análisis políticos deben ser consecuentes con la "profesión de fe" en el materialismo histórico

Los comunistas de Europa comienzan, por fin, a discutir sobre la causa y la naturaleza de la crisis actual. Hasta ahora, en la interpretación general de la naturaleza del período actual, también ha prevalecido entre los comunistas la hegemonía cultural de la burguesía imperialista, actuando como un obstáculo a su iniciativa política en el sentido de que esa cultura oculta la división de la sociedad en clases y la lucha de clases, por un lado, con frases vacías pero ruidosas (crisis estructurales, época post-industrial, globalización de la economía, capital transnacional, revolución informática, etc.) y, por otro, dando discursos con todo lujo de detalles acerca de las transformaciones en los procesos de trabajo, en las relaciones comerciales, en las instituciones financieras, etc... En realidad, es justamente la división de la sociedad en clases y la lucha de clases las que constituyen el aspecto del movimiento económico que permite comprender el movimiento político y cultural de la sociedad, elaborar una línea política científica y llevar a cabo una lucha política victoriosa (1). En efecto, tal como afirman los marxistas desde hace ciento cincuenta años y como lo han demostrado teórica y prácticamente, el movimiento político y el movimiento cultural de la sociedad se alzan, como su superestructura, por encima de las luchas de clase determinadas por el movimiento económico de la misma sociedad.

En este período, es indispensable y absolutamente necesaria la lucha de los comunistas contra el subjetivismo, el economicismo y el eclecticismo. Con más razón aún cuando se está desarrollando una nueva situación revolucionaria a largo plazo de carácter mundial (análoga a la del período 1910-1945) y los regímenes políticos de cada país y el sistema de relaciones políticas internacionales están en crisis, se mantienen inestables o son presa de sobresaltos e incertidumbres. La resistencia frente al avance de la crisis será el aspecto que caracterizará la vida de las masas populares en los próximos años. El enfrentamiento entre la movilización revolucionaria y la movilización reaccionaria de las masas que ya comienza a perfilarse va a caracterizar la lucha política de los próximos años en cada país. De eso no nos cabe duda.

Con toda seguridad se va a desarrollar una nueva oleada de revoluciones socialistas y de nueva democracia. Lo que está en discusión es su victoria o su derrota, en qué países triunfarán y en cuáles serán derrotadas. La unidad económica real del mundo en que vivimos es precisamente la que hará que tenga lugar en cada país el enfrentamiento entre la movilización revolucionaria y la movilización reaccionaria de las masas (hecha salvedad de las diferencias de intensidad, tiempo y formas, cuestiones que son secundarias para la discusión en curso), la que hará pasar a todos los países por una situación revolucionaria en desarrollo (es decir, por un largo período de inestabilidad de sus respectivos regímenes políticos) y, por consiguiente, la que llevará al triunfo a las revoluciones socialistas y de nueva democracia, al menos en algunos países, a pesar de la lucha encarnizada y sin reservas que la burguesía tratará seguramente de llevar a cabo para ahogarlas.

Este próximo futuro exige que los comunistas tengan una comprensión cabal del movimiento económico de la sociedad y de la crisis general actual. Es una condición indispensable para poder estar a la altura de las tareas que le son propias.

Para dirigir exitosamente la lucha de la clase obrera a la conquista del poder y la lucha de las masas populares a fin de acabar con la dirección de la burguesía imperialista sobre la sociedad, los comunistas necesitan tener una justa comprensión del movimiento económico de la sociedad y, por consiguiente, de la causa y naturaleza de la crisis actual. Toda la historia del movimiento comunista, tanto en lo que respecta a los éxitos obtenidos como a las derrotas sufridas, confirma dicha tesis. Hoy es preciso combatir especialmente la tendencia de algunos camaradas a abordar el análisis del movimiento económico como si fuese un hobby o un tributo a pagar a nuestra formación marxista, a nuestra "profesión de fe" en el materialismo histórico. Tales camaradas no ven las relaciones que unen (a veces indirectamente, a través de diferentes eslabones intermedios y de un proceso tortuoso) el movimiento político y cultural de la sociedad (terreno sobre el que se desarrolla actualmente nuestro trabajo) al movimiento económico de la misma ni consideran que sea necesario investigarlas. De esta forma no basan sus análisis del movimiento político y cultural ni la línea política en el análisis del movimiento económico. Y esto sucede porque, a pesar de su "profesión de fe" en el materialismo histórico, ven la economía y la política como dos terrenos separados. En su cabeza, conciben a grosso modo la estructura económica de la sociedad capitalista como algo que permanece inmutable. Cuando hablan del movimiento económico de la sociedad, se limitan a recordar lo que Marx ha escrito sobre el capitalismo y en general sobre la sociedad de su época o lo que Lenin ha escrito sobre el imperialismo en general y sobre la sociedad de su época, como si la estructura económica de toda sociedad burguesa no sufriese transformaciones importantes en su movimiento interno (formación, crecimiento, madurez y declive). En cambio, cuando hablan del movimiento político, de los métodos de lucha, de las formas de organización, exigen justamente que se tengan en cuenta los fenómenos nuevos y las nuevas formas adoptadas por la lucha de clases. Como si el movimiento político se desarrollara en líneas generales arbitrariamente, determinado solamente (o al menos principalmente) por la iniciativa de individuos, partidos o clases. No ven que tales iniciativas nacen y se desarrollan en base al movimiento económico de la sociedad.

Que entre los comunistas de Europa se haya iniciado un debate sobre la causa y la naturaleza de la crisis actual es un paso importante. Por ello debemos hacer todo lo posible para que el debate se amplíe y profundice, a fin de que los comunistas logremos dar un salto en el conocimiento de la realidad.

En la revista Rapporti Sociali, hemos expuesto y demostrado en numerosos artículos la tesis de que la crisis actual es la segunda crisis general de superproducción absoluta de capital que se produce bajo el capitalismo (2). Más adelante, nos limitaremos a señalar algunos puntos a los que, en nuestra opinión, no se les ha prestado aún la atención que merecen en el debate entre comunistas. Nos referimos a las posiciones expuestas recientemente por algunos camaradas, en particular a las expuestas en los artículos Crisis de desarrollo o desarrollo de la crisis y Sobre la crisis de superproducción firmados por M.P.M. (Arenas), aparecidos respectivamente en los números 16 (octubre de 1991) y 24 (abril de 1994) de Resistencia (3), órgano del PCE(r). En este último caso bajo la forma de suplemento. Por el momento, dado el carácter inicial del debate, no vemos necesario responder directamente a las críticas, más o menos serias, que se hacen desde diferentes puntos de vista a nuestras tesis sobre la crisis actual. Lo haremos en el momento que juzguemos más oportuno para el buen desarrollo del debate entre comunistas en el que tenemos la firme intención de participar.


Notas:

1. La relación entre la comprensión del movimiento económico, la definición de la línea política y la lucha política es en líneas generales la misma que existe entre el conocimiento de la geografía, de los vientos, de las corrientes y de la embarcación, la determinación de la ruta a seguir y la navegación.

2. Más concretamente en el número 0 (La crisis actual: crisis de superproducción de capital), en el número 1 (Crac bursátil y capital financiero*), en los números 5/6 (De nuevo sobre la crisis de superproducción absoluta de capital), en el número 8 (Marx y la crisis de superproducción de capital), en los números 9/10 (A propósito de la situación revolucionaria en desarrollo*), en los números 12/13 (La segunda crisis general de superproducción absoluta de capital).
Los artículos señalados con * han sido publicados por el PCE (r) en Textos para el debate en el movimiento revolucionario europeo (II).

3. Los dos artículos indicados en el texto están publicados también en francés en el volumen La crise général du capitalisme, Ed.Correspondances Révolutionnaires (Bruxelles). La traducción italiana de ambos artículos, así como la versión de los textos en español, pueden ser pedidos también (2 euros) a Edizioni Rapporti Sociali, via Tanaro 7, 20128, Milán, tel/fax 0226306454. E-mail: resistenza@carc.it
Para comprender la posición del PCE (r) sobre la crisis actual, es preciso añadir a ambos artículos el escrito de M.P.M (Arenas) La superconfusión absoluta. Sobre la crisis y el derrumbe del sistema capitalista, publicado, en septiembre de 1996, como suplemento de Resistencia n. 32. Este artículo es una respuesta al trabajo de M. Quintana Del romanticismo al revisionismo. Superproducción, crisis y derrumbe del capitalismo del que no se conoce hasta ahora que haya sido publicado.